¡¡En el nombre de Dios, está vivo. Sabía que lo lograría!!
Me enorgullezco bastante el hecho de que me consideren friki. Sé que tal vez mucha gente puede utilizar esa palabra como despectiva, pero como he dicho hace veintisiete palabras, estoy orgulloso de ello.
El ser friki abre puertas que mucha gente se cierra. Abre puertas a grandes lecturas y, hay que reconocerlo, otras no tan grandes. Abre puertas a cine raro, pudiéndonos encontrar desde películas dignas de la truñoteca de Ternin, como grandes películas que ni sabíamos existían...
Hace un mes escaso, en mi afán de llegar más lejos, empecé a bajarme clásicos del terror de la Universal Pictures, y comencé por una que hacía tiempo llevaba queriendo ver: Frankenstein de James Whale, aunque todo el mundo la conoce como el Frankenstein de Boris Karloff.
El ser friki abre puertas que mucha gente se cierra. Abre puertas a grandes lecturas y, hay que reconocerlo, otras no tan grandes. Abre puertas a cine raro, pudiéndonos encontrar desde películas dignas de la truñoteca de Ternin, como grandes películas que ni sabíamos existían...
Hace un mes escaso, en mi afán de llegar más lejos, empecé a bajarme clásicos del terror de la Universal Pictures, y comencé por una que hacía tiempo llevaba queriendo ver: Frankenstein de James Whale, aunque todo el mundo la conoce como el Frankenstein de Boris Karloff.
James Whale (1889-1957)
La película data del año 1931, y me la tragué en V.O, ya que no la encontré doblada, y aunque eso me fastidió al principio, después me di cuenta que me hizo saborearla mejor.
Cómo todo clásico es una película densa, contando su historia en apenas una 71 minutos escasos, una historia basada por supuesto en la novela homónima de Mary Wollstonecraft Shelley.
Lo más curioso de la película es que James Whale temía que el publico de la época sintiera demasiado miedo de su obra, por lo que empieza con un tipo de chaqué advirtiendo qué es lo que vamos a presenciar. Curioso. Al igual que la aparición de un signo de interrogación (?) en los créditos para nombrar al actor que encarna a la criatura del Doctor Henry Frankentein (interpretado por Colin Clive). En la novela el nombre es Victor, nombre que cayó en esta adaptación en la persona de su amigo.
La película contiene todos los que son ahora tópicos del laboratorio de un científico chiflado: grandes máquinas eléctricas, una noche de tormenta, un gran laboratorio y un ayudante jorobado que en este caso no se llama Igor sino Fritz (interpretado por Dwight Frye).
No puedo negar que me abrumé y emocioné cuando la criatura empieza a mover sus dedos, y Colin Clive grita: “¡¡En el nombre de Dios, está vivo. Sabía que lo lograría!!”, demostrando su obsesión por crear vida, pese a todo, dándosela sin saberlo a una criatura con un cerebro equivocado, defectuoso, debido a un accidente de Fritz que provoca que el cerebro del científico que quería usar (y cuyo nombre no recuerdo, pa que vamos a mentir), se estropee, así que el primo del Pozi, le da el cambiazo...
La criatura está interpretada por Boris Karloff, aunque el papel se le ofreció a la estrella de las películas de terror del momento: Bela Lugosi. Sin embargo, éste rechazó el papel, debido a la gran cantidad de maquillaje que le hacía casi irreconocible. Sin saberlo, debido a esta muestra de ego, Lugosi comenzaba el debacle de su carrera, alzando la de Karloff (no os perdáis la actuación de Martin Landau como Lugosi en Ed Wood de Tim Burton, actuación que le valió el oscar en 1994 ).
Lugosi tenía razón, la cantidad de maquillaje utilizada para crear a la criatura es increíble, dotando a Karloff de la imagen que todos tenemos en el subconsciente del monstruo (y lo más curioso es que dudo que muchos de nosotros haya visto esta película).
Me alejo de la trama, porque deseo que la veáis con vuestros ojos, y me adentro más en lo que me transmitió este film. Karloff interpreta a mi parecer, al ser humano más básico, que sólo daña al que le daña, siendo inocencia pura. Me emocionó sobre manera la escena que todos conoceremos de algún programa de televisión o revista en que el monstruo se encuentra con María, quien también en su inocencia, en lugar de asustarse como haría cualquier adulto, simplemente se presenta, y se sienta junto a la criatura a orillas de un río, y le enseña como flotan las flores en el agua.
Karloff para mi gusto hace la mejor interpretación de la película, mostrando la inocencia, la felicidad en la cara del monstruo que encarna, simplemente al ver cómo flotan las flores... Y acto seguido, cuando éstas se han terminado, su cerebro defectuoso piensa que la niña también flotará, y la tira al río, viendo asustado como su lógica no sirve... Magnifico.
También quisiera destacar la escena final, en que James Whale nos vuelve a mostrar lo que se convertirá en un tópico de las película de terror, y es el pueblo convertido en una muchedumbre, ansiosa de sangre y venganza, contra una criatura inocente, que nunca pidió nacer, y que ni siquiera sabe por qué el mundo le trata así... Y aquí lanzo una pregunta: ¿Quién es el monstruo verdaderamente?
Frankenstein tuvo gran éxito, rodando James Whale una segunda parte en 1935 (Bride of Frankenstein), e incluso una tercera en 1939, dirigida por Rowland V. Lee (Son of Frankenstein). En todas el monstruo era encarnado por Karloff, y curiosamente en esta última entrega, incluso compartía escena con Lugosi.
Mel Brooks parodiaría casi al milímetro las dos películas de James Whale, en El Jovencito Frankenstein (Young Frankenstein, 1974) , dando un desternillante resultado.
La pregunta de quién es el monstruo verdaderamente, la podemos ver reflejada incluso en películas más actuales como El Hombre Elefante (The Elephant Man, David Lynch, 1980), de la cual nunca olvidaré la escena en que John Merrick, maravillosamente interpretado por John Hurt grita a la turba que se burla de él: ¡¡Soy un ser Humano!!. Otros ejemplos lo podemos ver en el remake de la Noche de los Muertos Vivientes (The Night of Living Dead, Tom Savini, 1990), en la que al final del film, podemos ver como los vivos, torturan a los muertos para su disfrute. Tambíen podemos ver algo parecido en la serie de cómics los Muertos Vivientes (The Walking Dead) de Robert Kirkman..
El ser humano tiene la capacidad de elegir entre el bien y el mal, pero parece tener una condición innata para elegir el mal...
Nos vemos en Card & Comics
5 comentarios:
Vaya lista de peliculones, a propósito del Frankenstein de Whale... Sólo te ha faltado Freaks, de Todd Browning; si por casualidad todavía no la has visto, te la recomiendo encarecidamente, ya que, entre otras cosas, viene muy a cuento del tema de tu entrada. Muy buena, por cierto. ;)
muchas gracias Perse, así da gusto postear. Sobre la pelicula Freaks, la vi años ha y la tengo pendiente de revisión, al igual que otra obra de ese director, que es Drácula con el genial Bela Lugosi.
Terry, chapeau! Peassso artículo te has marcao. Y tienes toda la razón del mundo: la mayoría de nosotros no hemos visto esta maravilla de película. Toca pillársela y echarle un vistazo junto con "Dioses y Monstruos", que también tengo pendiente de visionado.
Arácnidos saludos.
muchas gracias por tus halagos halagüeños, que no se merecen (aunque flipé escribiendo el post, la verdad). La peli la tengo bajada desde hace tiempo y cuando usted kiera y tengamos algo de tiempo pos quedamos y la vemos, del verbo frikear un rato!!! Un abrazo
¡Eres una mamona! ¡Mira que ir a ver Rambo sin contar conmigo! ¡Esta te la guardo, maricona!
Arácnidos saludos.
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